GALOPE

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Rafael Alberti

 

El poema “Galope” fue escrito por el poeta gaditano Rafael Alberti durante la Guerra Civil Española. Rafael Alberti nació en 1902 en el Puerto de Santa María, lugar que siempre ha amado y ha utilizado múltiples veces como tema principal de sus obras (“Marinero en Tierra”). De joven se mudó a Madrid donde tuvo contacto con otros poetas de la Generación del 27 como Federico García Lorca, Pedro Salinas… Alberti es considerado el protagonista de la Edad de Plata de la Literatura Española y es caracterizado por su apoyo al partido Republicano Anti-Fascista.

El poema “Galope”, Alberti lo dedicó a los soldados que lucharon en la Guerra Civil. Trata el tema del galope de un caballo para simbolizar la pasión y la fuerza. Alberti quiere transmitir a aquellos que como él lucharon en el lado republicano, con el fin de acabar con la dictadura de Franco, que deben salir a la calle bajo la luz del “sol y la luna”, durante el día o la noche, para dar la cara y enfrentarse a este régimen.

Esta obra consta de una estructura muy ordenada. Está formada por seis estrofas: tres estrofas de cinco versos y tres estrofas de tres versos. Las estrofas de 5 versos tienen todas la misma rima asonante en el segundo y último verso, siendo los otros tres versos restantes de rima libre. Las estrofas de 3 versos repiten las mismas frases y muestran la misma rima acabando las palabras en –ar (“galopar”, “mar”). En los dos primeros versos de las estrofas largas se da un mensaje de ánimo, en los que con la repetición de palabras y el uso de aliteraciones, se consigue un ritmo de lectura muy rápido, que a su vez, y debido a esta velocidad, da la sensación de estar escuchando los galopes de un caballo (verso 11-13,”Galopa, jinete del pueblo,/ caballo cuatralbo,/ caballo de espuma”). Es como si cada palabra y aliteración repitiera el sonido que se produce al chocar las herraduras de un caballo contra el suelo. Esto provoca un sentimiento realista, que capta de forma sencilla la atención del lector, ayudándole a adentrarse mas profundamente en el poema.

En las estrofas largas, de 5 versos, predomina el estilo nominal, ya que hay abundantes adjetivos para describir la situación de España (verso 2, “las grandes, las solas, desiertas llanuras”). Después en las estrofas de 3 versos, trás haber descrito que es por lo que luchan, predomina el estilo verbal para motivar a la gente a “galopar”, que es una metáfora para luchar, hasta “enterrarlos en el mar”, que se refiere a acabar con los franquistas, por lo que dice que hay que luchar contra los franquistas. El protagonista de este poema, que es un caballo, es una metáfora para referirse a la unión del pueblo llano que “a galope”, que quiere decir con el avance de los republicanos, lucha por los que dieron su vida por la libertad de España y contra la dictadura.

En conclusión, el poema refleja la tristeza de Alberti debido a la situación de España que está “desierta” y “sola”, gobernada por un grupo de indeseables. A su vez, es impresionante como con el uso de aliteraciones Alberti logra fascinarnos, haciéndonos sentir como si estuviésemos leyendo al ritmo de los pasos del caballo. Es con estos poemas con los que el poeta Alberti no solo ha ganado gran importancia, sino que ha influenciado a miles de personas, que se sentían desoladas y destruidas por la dictadura y las ha ayudado mediante, por lo menos este poema, a encontrar el sentido a su vida.

 

Pedro Rodriguez

 

Enhiesto surtidor de sombra…

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

                                                                                                           Gerardo Diego,
                                                                                                       «El ciprés de Silos»,1936.
          Gerardo Diego fue un escritor español (Santander 1896-Madrid 1987)  de la generación del 27. Fue un escritor que incursionó en la crítica, en el ámbito de las letras, la musicalidad de los versos y en el mundo de los toros. Es un cultivador de las formas tradicionales y vanguardistas, lo cual es una característica bastante llamativa de los autores de aquella época. Gerardo Diego llegó un día para pasar la noche con su amigo Mariano Granados y en su habitación escribió esta obra la cual al despedirse al día siguiente de los monjes dejó el poema escrito en el libro de visitas. Durante muchas años no existió otra copia más que esa.  Años después volvió al monasterio y compuso un soneto llamado «Primavera en Silos» y junto con «Ausente» y completo su trilogía en 1936.
      Algunas de las características del 27 son la renovación estética y el uso de las innovaciones que aportan las vanguardias sin abandonar lo tradicional. En cuanto a la métrica se usaban estrofas clásicas como el soneto, el romance o el villancico. Finalmente evolucionan desde el punto de la vista temática, hasta la preocupación a la hora de escribir que generalmente era la forma y el arte del poema y más tarde los autores del 27 desarrollaron mas lo que era la poesía deshumanizada,el problema existencial del hombre y la preocupación por el dolor, la alegría, los recuerdos… más que por la estética.Estas características se pueden ver reflejadas claramente en este poema.
    El tema principal de esta obra es religioso, y consiste en el anhelo de elevación espiritual por parte del autor. Este poema es un soneto de estructura clásica, es decir, con versos endecasílabos y rima consonante; ABBA ABBA CCD EDE. En los primeros versos (1-8) que son dos cuartetos, el autor narra el foco central de la obra, que es el ciprés, y su contemplación, al mismo tiempo representandole  metafóricamente como Dios al cual le atribuye metáforas como por ejemplo: «enhiesto»(1), «surtidor» (1), «lanza» (2), «chorro» (3), «mástil» (5), «flecha» (6), «saeta» (6), «torre de arduos filos» (12). Rasgos que simbolizan y representan su anhelo por ser mas espiritual y puro, por aumentar su fe y que ascienda en sus creencias, y se puede observar bien cuando dice (11) «y ascender como tú, vuelto en cristales» comparandose el con el crecimiento del árbol.Todos estos nombres que el autor utiliza para representar a Dios son objectos y nombres que apuntan al cielo, simbolizando la casa de Dios y su deseo por el aumento católico. Gerardo Diego también narra como sin Dios se siente mas solo y aislado (5) «mástil de soledad, prodigio isleño». Aparte de las numerosas metáforas que usa también hay una hipérbole al decir (3) «a las estrellas casi alcanza» refiriendose al ciprés. Por último en la otra mitad de el poema (9-14) que son dos tercetos, el poeta habla más de sí mismo y sus sentimientos respecto a la elevación espiritual hacia Dios y el efecto que ha producido en su contemplación del ciprés. Respecto al lenguaje en estos dos tercetos la adjetivación es bastante abundante (9) «señero, dulce, firme». El autor narra como antes de ver al ciprés el estaba confuso respecto a sus creencias e inquieto (8)»mi alma sin dueño» y el ciprés le transmitía serenidad al observarlo.
         Respecto al lenguaje del poema, Gerardo Diego muestra la capacidad para transformar la realidad a través de lo que él ve objetivamente y mirarlo subjetivamente mediante las imágenes poéticas que se ven que son de las vanguardias al hacer uso de la metáfora y de imágenes innovadoras y atrevidas como la de manifestar su fe mediante un árbol que se convierte en un símbolo de espiritualidad. Luego también, es un poema con un lenguaje sencillo y culto, que es otra de las características de la generación del 27 junto con la innovación de las imágenes poéticas de las vanguardias. El lenguaje, la temática y la manera en el que esta escrito el poema también transmite paz y serenidad debido al uso de palabras que usa el autor pero todavía perdura y se puede observar un toque de pesimismo de la época al narrar su anhelo de conseguir algo que no tiene y que da por hecho que nunca va a tener.
         Finalmente, la conclusión es que el «Ciprés de Silos» es una muestra de la capacidad de Gerardo Diego al combinar las metáforas con un fino sentido musical y también la espiritualidad que produce a los lectores para tener mas fe y hacerles reflexionar.
                                                                                                                          Cristina Arcones