Insomnio

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres

(según las últimas estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo

en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,

y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros,

o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso largas horas gimiendo como el huracán,

ladrando como un perro enfurecido,

fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios,

preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,

por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad

de Madrid,

por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.

Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,

las tristes azucenas letales de tus noches?

Dámaso Alonso

Hijos de la Ira, 1944

 

Dicho poema forma parte del libro  “ Hijos de la ira” , que el autor escribió en 1944, en plena dictadura dando un giro completo a la poesía que se escribía en aquella época. El  título del poema , ‘’ Insomnio” nos indica la situación del momento y la angustia que les invadía al vivir en una sociedad injusta.

El poema  trata sobre el tema concreto de la muerte y los desastres que con  la postguerra se viven en la ciudad de Madrid. El autor le pregunta continuamente a Dios el por qué de esta terrible situación y   por qué Él les ha abandonado en medio de tanta destrucción y soledad ( Y paso largas horas preguntándole a Dios ,preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma “). Todo el poema transcurre en la noche, como tiempo de reflexión y sufrimiento.(“Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?Su propia vida es como un nicho donde por las noches se revuelve ( “A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro”).

Alonso, importante y reconocido  escritor español de la Generación del 27  fue un autor pesimista pero a la vez muy realista . Expresó con profundo desagrado y pena , la situación de guerra y muerte que sucedía en Madrid .Aunque sus libros no se lean mucho y sean poco editados,   formó parte de una generación importantísima en lengua española . El poeta ganó el Premio Cervantes en 1969.
Este poema  consta de versos bastantes largos sin ningún tipo de rima ni métrica. Este fue un recurso utilizado para cambiar la rutina con la que se escribían los poemas en esa época. Aunque a lo largo del poema va consiguiendo un poco de rima gracias a los paralelismos que se repiten en varios versos.Son muchos los recursos literarios que podemos encontrar en el poema “y paso largas horas oyendo…y pasa largas  horas gimiendo….” (que se repite varias veces)La abundancia de sustantivos y adjetivos crea facilidad a la hora de leer el poema. Aspectos de la naturaleza están presente en algunas ocasiones como: ‘’ blandamente la luz de la luna’’, ‘’gimiendo como el huracán’’, “ las tristes azucenas letales de tus noches “ , personificaciones que aparecen con bastante claridad.Encontramos algún hipérbaton  en forma de preguntas retóricas  “¿por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.’’ ?“¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día…?” “¿Qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ”También se ve con claridad la metáfora del poema “una gran vaca amarilla” que parece que hace referencia a la luna llena que emite todo su resplandor, que en la noche llama la atención.

En general el poema nos hace conocer y comprender  lo que sufrieron en España y, particularmente en Madrid durante los durísimos años de posguerra.

María Rodríguez – Guerra

Monstruos

Todos los días rezo esta oración
al levantarme:
Oh Dios,
no me atormentes más.
Dime qué significan
estos espantos que me rodean.
Cercado estoy de monstruos
que mudamente me preguntan,
igual, igual, que yo les interrogo a ellos.
Que tal vez te preguntan,
lo mismo que yo en vano perturbo
el silencio de tu invariable noche
con mi desgarradora interrogación.
Bajo la penumbra de las estrellas
y bajo la terrible tiniebla de la luz solar,
me acechan ojos enemigos,
formas grotescas que me vigilan,
colores hirientes lazos me están tendiendo:
¡son monstruos,
estoy cercado de monstruos!
No me devoran.
Devoran mi reposo anhelado,
me hacen ser una angustia que se desarrolla a sí misma,
me hacen hombre,
monstruo entre monstruos.
No, ninguno tan horrible
como este Dámaso frenético,
como este amarillo ciempiés que hacia ti clama con todos sus tentáculos enloquecidos,como esta bestia inmediata
transfundida en una angustia fluyente;
no, ninguno tan monstruoso
como esa alimaña que brama hacia ti,
como esa desgarrada incógnita
que ahora te increpa con gemidos articulados,
que ahora te dice:
«Oh Dios,
no me atormentes más,
dime qué significan
estos monstruos que me rodean
y este espanto íntimo que hacia ti gime en la noche.»

                                                                                              Dámaso Alonso, Monstruos (1944)

El poema Monstruos forma parte del relevante libro Hijos de la ira. Esta obra de Dámaso Alonso, al igual que Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, fue publicado en el año 1944, y se convirtió en un auténtico revulsivo. A partir de esta fecha, ambos libros hacen surgir la “poesía desarraigada”: una poesía existencial, que representa la angustia del hombre por el tiempo y la muerte en aquellos tiempos de represión, injusticias, hambre y parálisis social.

“Yo escribí Hijos de la ira lleno de asco ante la estéril injusticia del mundo y la total desilusión de ser hombre”. Las propias palabras de Dámaso Alonso reflejan lo que él escribió en este poema: vive en un mundo lleno de maldad, en el cual le acechan monstruos. Se puede apreciar un aspecto religioso, pero un tanto problemático y difícil. Se podría decir que Dámaso Alonso intenta representar a la humanidad: el hombre se convierte en bestia monstruosa en su caída en el mal, pero al mismo tiempo se «rebela»  y pide explicaciones a Dios por ese mismo mal y el sufrimiento que provoca.

Aunque se dice que, frente al formalismo del verso clásico y el lenguaje cuidado y poético de la poesía dominante en aquel momento, Hijos de la ira está escrito con un estilo y lenguaje sencillo y cotidiano, con una «expresión desoladora y amarga de la realidad»,  mi opinión es que este poema en particular no tiene un lenguaje tan cotidiano y sencillo para un público general, ya que usa unas comparaciones y antítesis un tanto confusas:»Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible tiniebla de la luz solar…»

Esta oración matutina que Dámaso comparte con nosotros, nos muestra toda esa angustia dentro de él, esos deseos de vociferar y gemir al cielo ante el mundo rebosante de caos y de injusticia que nace de ellos, los hombres.

                                                                                                                                Santiago Gallego